La inspiración es el oxigeno del artista. Cuando no hay inspiración, no hay creación. Algunas veces, la inspiración llega de golpe, como si el iceberg de las ideas deshielara, arrojando su contenido a la mente, y esta a su vez, indunda cada rincón del cerebro. Al mismo tiempo que llegan las ideas, otras las ahogan. Y a veces, solo le fantal horas al día para que las ideas se transformen, y pasen a convertirse en trazos entintados o bytes disfrazados.
Y algún día el artista encontrara la forma de que el día tenga mil horas, y las ideas dejen de amontonarse buscando ser la primera en salir.